Tener un negocio propio, ser profesional independiente o vender sus creaciones sean artísticas, culinarias, artesanales u otras es el sueño de muchos. Si también es el tuyo y has tomado la decisión de hacerlo, conocé que virtudes y pasos te ayudarán a emprender.
Alexandra Vega Alemán es mentora y trabaja mucho fortaleciendo la mentalidad de personas emprendedoras. Afirma que “si tu sueño es emprender, tenés que iniciarlo con la mejor actitud, la actitud positiva es creer que tenés algo bueno, de valor, que podés compartir con otros y que merecés un pago justo por ello”.
Agrega que la actitud positiva también te dará la disposición a aprender durante todo el proceso.
En este sentido, aconseja que tu proyecto sea desde tu propósito de vida y tu pasión, “solo eso te dará fuerza para soportar los momentos difíciles. Le da sentido a todo lo que uno es, lo que hace, lo que sufre, lo que se alegra y te hace sentir pleno como persona”.
Ale afirma que, al emprender, es muy importante desarrollar las virtudes de la paciencia, la perseverancia, la creatividad y el amor.
“Es importante la capacidad de diálogo, de búsqueda, porque el camino del emprendimiento no se puede realizar solo, uno debe unirse con otras personas para generar alianzas y para aprender de otros que llevan más camino que uno”, dice.
Sé paciente y tené fe
Preparate buscando información sobre la viabilidad de tu proyecto, su rentabilidad, la competencia y las opciones de financiamiento.
Si al principio las cosas no salen como esperabas, recordá que el fracaso es parte del camino. Casi ninguna persona exitosa ha logrado las cosas de la noche a la mañana, es un proceso y el fracaso es parte de la dinámica. “No solo hablamos de grandes fracasos, también de los pequeños, de ellos podés sacar aprendizajes que te ayudarán a mejorar”, afirma.
Además, aconseja tener fe en uno mismo, en los demás, en el proceso y si creés en un ser superior unite a eso.
Otras virtudes para emprender son tener una mentalidad fuerte y serenidad, porque en esta época hay mucha incertidumbre y eso puede hacerte cometer errores.
Cinco pasos necesarios antes de empezar
Por mi parte, puedo decirte que no hay una receta que garantice el éxito de un emprendimiento, pero la planificación reduce los riesgos.
En los últimos años estuve formándome en mercadeo y descubrí lo importante que es distinguir tu producto o servicio del resto. Pensá qué beneficios o valores podés dar a los consumidores para satisfacer sus necesidades.
Puede ayudar hacerte preguntas como: ¿Qué ahorros podrían obtener mis clientes? (no solo en cuanto a dinero, pueden ser ahorros de tiempo, esfuerzo, molestias, etcétera) ¿Qué podría ir más allá de sus expectativas? ¿Qué podría hacer el trabajo de mis clientes más fácil? ¿Con qué sueñan mis clientes?
También es importante que decidás cuál será tu público meta. Se pueden utilizar diferentes formas de segmentar el mercado, por ejemplo, por el lugar donde viven, por aspectos socio demográficos como la edad, el género, los ingresos, estilos de vida. Es importante que definás tu público meta porque eso tendrá que ver con otros aspectos como los canales que usarás para comunicarte con él o para distribuir tu producto.
Hay una técnica llamada “buyer persona”, es como crear un personaje, le ponés nombre, definís sus características y su personalidad de acuerdo con el cliente “típico” de tu producto o servicio. Así no le hablás a mucha gente cuando creás un mensaje, se lo dirigís a Ana, a doña Isa, a Sergio…
Investigá y planificá
Una vez hecho esto, podrás definir los canales de comunicación, distribución y venta de tu producto. Partí siempre de las necesidades del consumidor, identificá las principales alternativas y evaluá cada una.
Analizá los recursos y actividades imprescindibles para que tu negocio pueda funcionar y estima los costos fijos y variables. Los costos fijos no cambian con el nivel de producción o ventas. Los variables sí cambian de manera directa con el nivel de producción.
Cuando tu negocio esté operando, esforzate por crear relaciones duraderas con tus clientes, la clave para lograrlo es satisfacerlos y superar sus expectativas.
Tené paciencia y recordá que es posible que pasen unos meses antes de que tu negocio empiece a generar utilidades.
Mi hijo pequeño nos canta una canción que dice “si es tu casa o es tu sueño, hazlo con todo el corazón”. ¿Qué mejor consejo podría darte yo?
Tener la posibilidad de trabajar en casa es maravilloso, en especial en esta época en que nos preocupa el contagio de Covid-19. Pero cuando tenemos niños en casa es difícil armonizar la tarea de la crianza y el trabajo. Aquí te dejo algunos consejos para “conciliar” niños y teletrabajo y hacer lo mejor posible para todos.
Lo más importante es que te propongás metas realistas para vos y tu familia.
Los siguientes consejos son propuestos por el pediatra Damon Korb, de California, en la página de la Academia Americana de Pediatría AAP.
Si tenés un bebé
Si tu trabajo te permite estar de pie, aprovechá algunos momentos para cargar a tu hijo con un fular o un canguro portabebés. Así te quedarán las manos libres para trabajar y tu bebé estará tranquilo porque se sentirá arrullado. Quizá eso le ayude a dormir.
Programá descansos para jugar con tu bebé y estimularlo.
Niños pequeños y prescolar
Los niños pequeños necesitan tanta atención como los bebés y sus periodos de atención son cortos.
Estaciones. Organizá en tu casa algunas “estaciones de actividades” para que tu hijo vaya rotando y se mantenga interesado. Una estación es una zona designada para un determinado juego. Podés hacer una estación de bloques de armar, una de pintar, una de manualidades, una de cocina, etcétera. Entre más estaciones tenga, más ocupado estará.
Lado a lado. Sentate junto a él mientras juega, aunque estés realizando tu trabajo y no jugando. Para tu hijo será bueno sentirte a su lado e intercambiar sonrisas y algunas palabras de vez en cuando. Cuando lo veás aburrido, sugerí el cambio de estación.
Niños escolares
Establecé horarios para las actividades de los niños como horas de estudio, de comidas, actividad física, ayuda con las tareas de la casa y tiempo libre. Intercalá las horas en que estarás trabajando y explicale que en esos períodos él deberá ocuparse solo de sus actividades.
Ofrecele opciones para actividades establecidas en el horario, eso fomentará su independencia. Construyan juntos la lista de opciones, por ejemplo, de juegos, actividades físicas, tareas de la casa, etcétera.
Preadolescentes y adolescentes
Los chicos en esta etapa pueden tener problemas para gestionar el tiempo, por eso los vemos pasar horas viendo series o jugando videojuegos. Ellos también necesitan estructura, horarios y controles periódicos.
Además de establecer horarios, con ellos puede ser eficaz establecer metas, desafíos. Eso los estimulará a tener una visión del futuro (planificar, prever y estimar) y hacer planes para lograrlas.
Evaluá tus objetivos de trabajo en casa cada semana y establecé expectativas realistas. No importa la edad de tu hijo, sacá tiempo todos los días para estar realmente presente, escucharlo y disfrutar de un rato de juegos.
Si ya te aventuraste a iniciar con tu propio negocio, aprovechá estas herramientas tecnológicas que están a tu disposición ¡y son gratuitas! Esta es una pequeña lista de apps para emprendedoras que te harán la vida más fácil.
IFTTT
Con esta app podés crear interacciones automáticas entre tus aplicaciones. Las siglas IFTTT significan «IF This, Then That», quiere decir «Si esto, entonces aquello». Un ejemplo de lo que podés hacer con IFTTT es que cada vez que subás una foto a Instagram se publicará automáticamente en los sitios que hayás definido como Twitter, Facebook o tu blog.
Canva
Esta es una app de diseño gráfico muy popular porque ofrece decenas de plantillas para tus publicaciones en redes sociales y más. No necesitás saber de diseño, es muy fácil de usar.
Además de las plantillas podés crear tus propios diseños usando los recursos que te ofrece la app o subiendo los tuyos. Entre los diseños que podés crear con Canva tenés logos, posts para Facebook, Instagram y otros con los tamaños adecuados.
Evernote
Te permite hacer notas y tenerlas siempre a mano porque se guardan en la nube, eso es genial porque podés acceder a ellas desde cualquier dispositivo. Además, podés añadir tareas pendientes, fotos, imágenes, páginas web o audio…
La app también te permite compartir tus notas. Es muy fácil de usar y te puede servir como un sistema de gestión de tareas.
Trello
Esta es una app de gestión de proyectos. Está dirigido principalmente al trabajo en equipo y se puede utilizar desde la página web o desde la app. Es recomendada para equipos pequeños.
Con ella podés crear tableros para organizar cualquier tarea en la que estés trabajando, es muy fácil de usar y con un diseño muy visual.
Asana
Esta es otra app para gestión de proyectos. Te permite organizar múltiples proyectos con varios equipos, la versión gratuita te permite crear equipos de hasta 15 personas.
Es una herramienta fácil de utilizar y suficientemente poderosa para ayudarte a gestionar tu negocio.
Todas estas apps son gratuitas, aunque también tienen funciones “pro”, de pago. Cada una de ellas tiene millones de usuarios. Si te decidís a probar alguna, o si ya la usás, contanos si te han servido para hacer las cosas más sencillas en tu vida.
Si sos una de las personas afectadas económicamente por la crisis que provocó la pandemia o sabés que necesitás mejorar el manejo de tu dinero, tomá nota de estos consejos para administrar de la mejor forma tus recursos.
Astrid Marín, administradora de empresas y coach en finanzas personales, afirma que “los números son reflejo de nuestra manera de vivir y tomar decisiones”. Por eso antes de entrar a las cuentas da una serie de consejos para aplicar en la vida.
Empieza invitándonos a “dar para recibir”, porque en su opinión aquello de que “cosechamos lo que sembramos” siempre se cumple. “Nos toca ayudar a nuestro círculo más íntimo como prioridad, así como a nuestros amigos y conocidos y, si podemos, ayudemos a más personas”.
Si necesitás pedir algo, se “agradecido al recibir”. A quienes están en posición de ayudar les recuerda que “es un tema de solidaridad”.
No dejés de producir, “necesitamos que la gente siga produciendo, que se reinvente para aportar un grano de arena y que la economía siga caminando”.
Por otro lado, nos da una razón más para cuidar nuestra salud y la de nuestra familia. “Así ahorramos millones al sistema de salud y al gobierno. Es también un acto de amor propio y hacia los demás”.
Planificá lo que vas a hacer tomando siempre en cuenta cómo lo que hacés afecta a los demás. Y no olvidés mantener una actitud de fe y la esperanza.
Lo básico en un presupuesto
De acuerdo con Astrid, uno de los principales consejos para administrar el dinero es que “todos debemos hacer un presupuesto básico de subsistencia considerando: alimentación, medicinas y abrigo, y ahorrar todo lo posible”.
La crisis ha generado ahorros en transporte y otros gastos, por lo que la sugerencia para quienes no tienen problemas financieros es ahorrar un 30% de sus ingresos y así tener un respaldo para enfrentar cualquier imprevisto.
Además, aconseja realizar las compras del hogar mensual o quincenalmente para salir de casa lo menos posible y ahorrar. Planificar las compras también te ayudará a evitar aquellas innecesarias o impulsivas.
Iniciá un emprendimiento de baja inversión y capacitate para hacerlo de la mejor manera.
Si perdiste tu empleo o te rebajaron la jornada laboral
Tener el presupuesto básico te ayudará a determinar cuánto dinero necesitás como mínimo para vivir. Sumá el monto de la liquidación y cesantía, tu Fondo de Capitalización Laboral y tus ahorros (si los tenés) y dividí el monto total entre el presupuesto mínimo mensual para saber cuánto tiempo podés vivir en el nivel más básico con ese dinero y evitá cualquier compra innecesaria.
Si te despidieron y tenés deudas con algún banco, averiguá si te cubría una póliza de desempleo para reclamar el pago.
Astrid nos advierte que no es conveniente invertir la liquidación o el FCL en un negocio, salvo que sea de baja inversión o una capacitación. “No sabés cuánto estarás en condición de desempleo y casi ningún negocio deja ganancias el primer año, a menos que uno encuentre un nicho muy bueno y una oportunidad en el momento”, explica. Agrega que es bueno “empezar a pensar en algo, planearlo poco a poco, pero no gastar este dinero en eso”.
“Si estás trabajando, mejor bajá tu nivel de gastos en otras cosas y si podés seguir pagando, hacelo. Si te redujeron la jornada, bajá tus gastos los más posible y pagá tanto como podás”, dice Astrid.
Si sos una persona emprendedora o trabajadora independiente no tendrás el FCL, por lo que tu mejor opción será hacer un giro rápido del negocio adaptándolo a las circunstancias y replantearte el cómo hacés las cosas.
La situación actual ha sido dura en el aspecto económico, pero ha generado oportunidades al hacer surgir nuevas necesidades en las personas, y quienes encuentran maneras de responder rápido y bien tienen la ventaja.
“Debemos replantearnos el cómo o el qué para seguir adelante”, afirma. Asimismo, seguir sus consejos para administrar el dinero nos ayudarán, no solo ahora, sino a ser precavidos y ordenados en el aspecto financiero a lo largo de la vida.
Astrid Marín es coach financiera, si desea contactarla puede escribir al correo astridmarin@astridmarin.com y seguirla en sus redes sociales.
Al enfrentar situaciones difíciles debemos tener en mente que nosotros podemos decidir cómo nos marcarán y qué haremos para sacar lo mejor de las circunstancias.
“Una crisis te marca para bien o para mal. Víctor Frankl, neurólogo, psiquiatra y autor del libro ‘El hombre en busca de sentido’, cuenta en su libro que a él le quitaron todo, perdió a su familia en los campos de concentración, pero dice ‘Nos pueden quitar todo lo que tenemos en la vida, excepto una cosa, la libertad de elegir cómo reaccionar ante una situación’”, recuerda la coach Astrid Marín.
Frankl vio en su experiencia una oportunidad de crecimiento personal. Él se visualizaba en un aula contándole a los estudiantes todo lo que había pasado, se aferró a sus sueños.
Enfrentar situaciones difíciles
Los últimos meses han traído crisis económica para algunos sectores productivos, mientras que a otros les ha ido muy bien. “Los que salieron del shock se han fortalecido más rápido”, asegura Astrid.
Esta época nos ha obligado a reinventarnos porque ha cambiado la forma en que satisfacemos nuestras necesidades. “La gente quiere comida del restaurante, pero no en el restaurante. Quiere comprar, pero no ir a la tienda”. Quienes se adaptaron a esto pronto han ganado.
“Ahora te toca identificar en qué lado de la balanza estás, en el que se adaptó o el que se quedó en shock. Si es necesario cambiarte de lado, te cambiás”, dice.
Es vital que tomés conciencia de que las circunstancias no nos definen, sino las decisiones que tomamos y el momento en que lo hacemos. “Vos elijís si llorar y gastar pañuelos o salir a vender pañuelos”, dice.
“Te cuento mi experiencia, yo soy coach, y por un tiempo todo quedó paralizado. Una amiga y yo decidimos seguir trabajando en lo que amamos, aunque fuera gratis. Hice dos talleres, uno sobre valores, otro para emprendedores. Nos mantuvo con el deseo de hacer cosas y ayudar gente”, comentó.
De víctima a protagonista
De acuerdo con Astrid, hay que entender que en la vida se pasa por diferentes etapas y no las podemos saltar, aunque queramos.
“Por ejemplo, este momento de pausa es momento de sembrar, de autoanalizarme, de preguntarme qué puedo hacer por otros, ser creativa, retomar proyectos que había dejado, revivir una relación para el que antes no tenía tiempo. Sacaremos cosas buenas de este momento siendo responsables a nivel individual de nuestra vida y nuestras decisiones”, afirma.
Suena simple y lo es: cada uno es responsable de lo que piensa, lo que siente y lo que hace. Cambiar el pensamiento nos permite pasar de víctimas a ser protagonistas. “Es empoderarnos, decir esto es lo que hay, ante cualquier situación difícil, aceptarlo y decidir qué hacer con esa circunstancia para sacar lo mejor”.
Tenemos la capacidad de elegir nuestros pensamientos, de cambiar los pensamientos negativos por pensamientos positivos, eso nos permite sentirnos bien. Si nos sentimos bien, actuamos de forma congruente con ese sentimiento, el resultado será bueno.
“Lo que hay, hay, no lo podemos cambiar. Si resultaste afectado por la crisis hay que aceptarlo, luego pensar qué hacer con lo que sabés hacer. Date cuenta de que la gente sigue teniendo necesidades y debemos adaptarnos para satisfacerlas”, dice Astrid.
Hay esperanza y mucho que hacer. “Debemos ser creativos, entender la situación que vive la gente ahora”, afirma.
Para ella misma este tiempo ha sido una oportunidad, pues logró concluir un proyecto que tenía desde hacía varios años: escribir su libro “40 Días para cambiar tu mente”, que es un programa de coaching. “Este es un ejemplo de las cosas que dejamos botadas porque no tenemos tiempo”, dice.
Hace pocos días celebramos una fecha especial para muchas personas, el “Día internacional de la concientización y conmemoración de los bebés fallecidos durante el embarazo o al poco tiempo de nacer”, el 15 de octubre.
Y digo que es un día muy especial porque el duelo por la pérdida de un hijo antes de nacer es particularmente solitario y silencioso, aunque poco a poco cobra voz, porque muchos profesionales en Salud Mental ahora comprenden el impacto tan grande que tiene en la vida de una persona y familia.
Gracias al trabajo de muchos años se ha logrado el reconocimiento de este, al menos un día al año en que podemos libremente reunirnos, para conmemorar el recuerdo de los que se fueron demasiado pronto y por las circunstancias que fueran.
En mi vivencia personal y profesional he llegado a la conclusión de que, si medimos la vida en tiempo, quizá 75 años sean demasiado poco, siempre habrá momentos que añoramos compartir con los que se fueron, quizá una boda, un nacimiento, una graduación, y porque no hasta un divorcio, quedarnos sin trabajo, en fin tantas circunstancias de las que está hecha la vida.
De repente podemos añorar compartir con aquel que nos dejó el huequito, el sin sabor, la falta de un recuerdo, de no poder compartir esto, no poder tener su abrazo, no poder sentir su amor; cuánto más con aquellos que se quedaron en la ilusión de nuestra mente y corazón, sin llegar si quiera a poder acariciarles, verles, olerles, escucharles, sentirles.
La pérdida de un hijo antes de nacer
Como le digo a las mamás y papás que llegan a mis talleres o procesos terapéuticos individuales o grupales sobre la pérdida de un hijo antes de nacer, no hay medida en el amor, ni en tiempo, ni en cantidad. Por tanto, es absolutamente razonable que aunque tu bebé estuviera de 7 semanas, su pérdida te duela hasta lo más profundo y necesites tiempo y a veces hasta procesos de acompañamiento para sanar el dolor que se quedó en su ausencia.
Puedo asegurar que es un duelo que merece la misma atención y apoyo que el de una madre o padre al perder a un hijo de días de nacido, de meses, o de años. De hecho, la principal diferencia radica en los recuerdos y momentos que se fueron acumulando en el tiempo que de alguna manera luego se convierten en aliados importantísimos para aprender a vivir con su ausencia.
“Amor y tiempo compañeras de la VIDA, pero es solo la hermana MUERTE quien nos enseña realmente el valor de estas en la VIDA, tanto así que ante la Muerte estas dos se hacen eternas….”
Marcela Fernández, psicóloga
Me atrevería a decir que la mayor angustia de los padres ante la pérdida de un hijo antes de nacer es el temor a su olvido, dado que socialmente e incluso en los círculos más cercanos, no se terminó de concretar la realidad de esos hijos como personas con identidad, unicidad y totalidad, que por tanto su dolor es menospreciado socialmente, como algún invento de la mente.
Unirnos para recordar con amor
Socialmente -incluyendo muchos profesionales en salud- no han comprendido que todo ser humano, sin excepción de tiempo, tenemos y venimos de una historia, la cual inició mucho antes de ser concebidos, historias que merecen ser contadas, historias particulares, pintadas de colores incluido el gris, cargadas de emociones que van desde el amor hasta el dolor y todos los sentimientos que puedan experimentarse en medio.
“Tanto un nacimiento, como la muerte de un hijo, ambas tienen en común que son una experiencia de vida tan profunda y de tan alto impacto existencial que definitivamente la vida jamás vuelve a ser igual… Por tanto, ambas merecen comprensión, apoyo y compasión.”
Marcela Fernández, psicóloga
Darnos la oportunidad como personas y en familia de unirnos para recordar con amor y nostalgia es la oportunidad que sé que muchos desean y anhelan por eso promover espacios, momentos y eventos para esto es, sin duda, un tema de salud y bienestar humano y, por tanto, todo lo que influya en el bien-estar de la persona, influirá en el bien-estar de la sociedad.
Si sos una persona observadora seguro te das cuenta cuando alguien miente u oculta algo, aunque no se la haya escapado ni una palabra equivocada. Eso es porque el cuerpo da una serie de señales cuando tenemos la intención de ocultar o engañar.
Mentir es algo habitual, lo hacemos para evitar explicaciones, represalias o ser “amables”. En otros casos, las personas mienten por cuestiones más graves como ocultar delitos, obtener algo que desean y un largo etcétera.
El cuerpo da pistas cuando las personas tenemos la intención de mentir u ocultar algo, pero debemos tener cuidado al interpretarlas, porque ninguna de esas pistas es “una evidencia” en sí misma.
El coach Alfredo C. Ángel explica que “las pistas del lenguaje no verbal son controladas y activadas por el cerebro límbico”, según su artículo “Comprender el lenguaje del cuerpo”, publicado en la revista Debates IESA.
“Este es el cerebro que reacciona al mundo de forma instantánea, automática y en tiempo real. Como es el responsable de la supervivencia, nunca descansa, siempre está ‘encendido’”, dice. Estas reacciones ocurren sin que las planeemos, por ello son verdaderamente genuinas y difíciles de disimular o eliminar.
Por el contrario, el neocórtex es el responsable del pensamiento y las funciones superiores del intelecto y la memoria. “Es el cerebro analítico, crítico y creativo. Es también la parte del cerebro menos honesta”, dice Ángel, porque es capaz de elaborar pensamientos complejos como mentir y ocultar.
El cuerpo nos delata cuando mentimos
Llegamos a lo interesante ¿cómo es que el cuerpo nos delata cuando mentimos u ocultamos algo?
Según el coach, una de las cosas que nos delata es el grado de incomodidad que sentimos y que nos hace perder la sincronía corporal, es decir, la congruencia y comodidad.
“Cuando hay comodidad, hay alineamiento corporal, sintonía de tono de voz, respiración y volumen. Por ejemplo, cuando hay comodidad, la persona se acerca afectuosa para hablar, despeja la mesa para ver mejor a su interlocutor o muestra su cuerpo y sus brazos más frontalmente. Estos mensajes, entre otros, permiten concluir que la persona la pasa bien en nuestra presencia”, explica.
Nos sentimos incómodos cuando no nos gusta lo que ocurre, lo que vemos u oímos, o cuando nos sentimos obligados a decir algo que preferimos mantener oculto.
Otra cosa que nos delata al mentir u ocultar información es la falta de énfasis. Las personas enfatizamos lo que decimos de diferentes formas y eso le da fuerza a lo que decimos.
“Por ejemplo, algunas personas enfatizan con las manos, otras abren más los ojos y levantan las cejas, otras se paran de puntas sobre los pies para subrayar un argumento”, indica Ángel.
Para los científicos, el énfasis es una característica notoria cuando actuamos de forma genuina. Mientas que la ausencia de énfasis es característico cuando queremos ocultar y engañar.
Además, se dice que cuando mentimos u ocultamos algo invertimos más tiempo en evaluar lo que dicen los demás y calculamos cómo serán recibidas nuestras palabras. En esos momentos es donde el lenguaje no verbal nos deja en evidencia.
Los gestos también delatan
Hay una larga lista de gestos que, unidos a la falta de sincronía y énfasis, nos delatan cuando tenemos la intención de ocultar algo o mentir. Asimismo, deben interpretarse en el contexto de una conversación específica.
Algunos ejemplos de los gestos que nos delatan son: taparse la boca con la mano en forma horizontal, agarrarse el lóbulo de la oreja con los dedos índice y pulgar, el parpadeo continuo y rápido, ver fijamente sin quitar la mirada, “amarrar” los pies de las patas de la silla o cruzar los brazos sobre el pecho.
La comida tiene tanto que ver con la calidad de vida que tenemos, el evitar enfermedades, el estado de ánimo, la energía de nuestro de cuerpo, ¿por qué no intentar hacer lo mejor posible?
La verdad, no hay que comer cosas muy distintas a las que estamos acostumbrados, pero sí preferir alimentos para una dieta balanceada y cuidar las cantidades que consumimos.
Una forma de decidir el tamaño adecuado de las porciones es dividir la cantidad de los alimentos en relación con los demás, por ejemplo:
Medio plato de ensalada de frutas y verduras: puede ser tomate, lechuga, zanahoria o chayote y frutas, entre otras posibles combinaciones.
La cuarta parte debe ser de granos (cereales, leguminosas) o verduras harinosas, puede ser arroz, frijoles, yuca, papa o plátano.
La cuarta parte pueden ser productos de origen animal: huevo, carne roja, pollo o pescado. El tamaño debe ser similar al de la palma de la mano.
Además, las grasas y los azúcares deben consumirse en cantidades muy pequeñas. Por ejemplo, el aceite o el aguacate.
Mezclá vegetales y frutas frescas de temporada y de diferentes colores en tus ensaladas y que estas sean la porción más grande de tu plato.
Cociná los vegetales con poca agua y agregalos cuando el agua esté hirviendo, bajá la temperatura y tapalos. Al cocinarlos así no pierden los nutrientes, el buen aspecto, el sabor y la textura.
Utilizá especias naturales como albahaca, tomillo, orégano, romero, eneldo para darle sabores tus platillos.
Cumplí con los cinco tiempos de comidas, en porciones pequeñas y preferí el agua pura como bebida. Podés tomar fresco de frutas naturales, pero evitá añadir azúcar.
En las meriendas, preferí las frutas enteras a la repostería, especialmente si tiene relleno o cobertura dulce.
De acuerdo con los expertos, el “gallo pinto” es una muy buena opción para el desayuno. Para el almuerzo, los picadillos y los platos como arroz con pollo con suficientes vegetales y olores naturales como culantro, cebolla, eneldo, vainica, maíz, zanahoria, apio, cebolla chile.
Otros tips que podés aplicar para mejorar tu alimentación son elegir carnes sin grasa visible, preparar salsa de tomate natural, hacer aderezos ricos y saludables, emplear aceite vegetal al cocinar.
Educar desde niños
Comer bien es importante para todos, pero aplica una responsabilidad extra en las familias con niños. En Costa Rica 3 de cada 10 menores de 12 años sufren obesidad, según las autoridades de salud.
De manera que sí tenés niños y querés fomentar en ellos la buena alimentación, tené en cuenta estos consejos:
Prepará alimentos en casa siempre que sea posible e incluí a los niños en esta tarea.
Fomentá el consumo de agua.
Comé siempre en la mesa y evitá los dispositivos electrónicos.
Respetá los tiempos de comida.
No obligués al niño a comer: respetá sus señales de apetito y saciedad.
En este tiempo socio cultural en que competimos o luchamos en igualdad por puestos laborales con los hombres y por muchas otras “libertades” o derechos que nos igualen pese a nuestras indiscutibles diferencias (biológicas y psicológicas), la maternidad no es la opción más fácil ni la más comprendida, por el contrario, es vista en la actualidad como una complicación.
A principios de los años ochenta, por la unión de los movimientos pacifistas, ecologistas y feministas surge una corriente llamada ecofeminismo que resalta la maternidad como fuente de poder, de transformación y paz.
Maternidad: fuente de poder
La doctora en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid y Titular de Filosofía Moral y Política en la Universidad de Valladolid, Alicia Puleo (2018), pensadora ecofeminista, explicó es necesario que los hombres asuman su parte en las tareas del cuidado, lo cual es de justicia para aliviar la carga de la doble jornada de las mujeres.
Pero, además, este cambio es beneficioso para transformar las identidades masculinas estereotipadas que exigen de los varones la represión de la empatía, fomentan la distancia emocional y las actitudes de dominación”… “Cuando se cuida, se comprende en qué medida la vida es frágil, sobre todo, en algunos momentos como la infancia, la enfermedad y la vejez”, argumentó Alicia Puleo.
Y esta visión de la Dra Alicia Puleo, es importantísima hoy en día en que la vida de una mujer-madre es un caos producto de la pandemia por la enfermedad del COVID-19. Tener a nuestros hijos en casa, el teletrabajo, la escuela o colegio, proyectos personales, las labores de la casa con una carga exponencial en aumento, durante gran parte de este 2020, sumándole a esto la carga emocional propia y de todos los miembros del núcleo familiar.
No podemos negar que el sustento emocional en las familias generalmente recae sobre la mujer. No es de imaginarse porque es la realidad de muchísimas mujeres la tensión que esto ha generado en los hogares, y que pone en evidencia y a prueba el importante rol del hombre en el hogar, asumido fuera de los limites tradicionales que hemos aceptado durante años.
“Ser mujer con propósito”
Es a partir de esta segunda ola del feminismo que las mujeres tenemos la posibilidad de pensar ¿no es el desear ser madre una forma de retomar este deseo como propio y no de otros? Para muchas mujeres el feminismo representa una posibilidad de reflexionar de manera crítica sobre sus opciones de vida, entre éstas, su práctica como madres.
Para Adrienne Rich (1976, citada en Salleti, 2008), la maternidad como experiencia es la relación potencial de cualquier mujer con los poderes de la reproducción y con los hijos. Mientras que la maternidad como institución tiene como objetivo asegurar que este potencial permanezca bajo el control patriarcal.
Que nos guste la maternidad, que nos guste tener una relación de pareja, que nos guste la familia, no es cosa de feminismo político, es algo mucho más trascendente, más profundo. Es la apertura y aceptación del deseo como una posibilidad de transformación de las formas tradicionales de pensamiento sobre la mujer y el hombre.
Antes como mujeres luchábamos las unas por las otras, en sororidad y genuino interés, ahora luchamos por tener la razón y por los propios intereses; poder, individualismo, irresponsabilidad, intolerancia son el nuevo emblema del mal formado “Feminismo Moderno”.
Mi lucha es por lo que fue quedando rezagado en las luchas nobles, El Ser Mujer con Propósito.
Preguntemos a la madre, a la estudiante, a la atleta, a la emprendedora, a la empresaria ¿cuánto ha sacrificado? ¿cuánto le ha costado lo que tiene? ¿cuánto ha llorado? ¿cuántas veces ha querido tirar la toalla? ¿o se ha sentido sola? ¿cuántas veces se ha sentido satisfecha? ¿cómo ha celebrado sus triunfos? ¿cuánto ha dado? ¿o le han quitado? ¿cuánto ha recibido? ¿cuántas veces se ha sentido culpable por dejar a sus hijos al cuido de otros, para poder seguir estudiando, trabajando duro, o luchado por alcanzar una meta?
Los dolores de las madres
Todos los días escucho a mamás embarazadas: “estoy dejando de ser yo”, “no me gusto», «no me siento cómoda», «no me reconozco», «no sé qué me pasa”, “los achaques son muy molestos (algunos más de lo esperado)”. Otras historias de violencia y discriminación laboral, familiar y hasta de los sistemas de salud, y ni nos adentremos en duelo perinatal, que es todo un tema en sí mismo. Llevándonos a entender que gestar una vida es todo un proceso de transformación.
Luego viene el parto: dolor, incertidumbre, necesidad de otros, violencia obstétrica son solo parte de los temas que escucho a diario.
Y de inmediato el post parto, donde escuchamos experiencias de exclusión y temor laboral, las dificultades en y por la lactancia, la experiencia del dolor físico, cansancio, necesidad de otros, agotamiento, autocuidado limitado, dificultad para armonizar el proyecto de vida profesional y el ejercicio de las funciones de cuidado que implica la maternidad.
Esto posiblemente se extenderá durante todo el tiempo de crianza y educación de los hijos/as generando agotamiento físico y emocional, sumándole a esto los retos personales, en lo que tiene que ver con no reproducir formas tradicionales de relación con los hijos/as como el castigo y el golpe como práctica tradicional para ejercer autoridad.
La sociedad y muchas otras mujeres lamentablemente tendrán mucho que decirte si eres muy joven y tienes hijos, o si eres ya mayor y quedas embarazada, muchas veces no diferenciamos que el enemigo está entre nosotras mismas e incluso en nuestra cabeza.
Derribando mitos
No se puede negar el carácter doloroso que tiene confrontar el mito de la mujer-madre: la culpa, el miedo, la sobreexigencia, y muchas veces la incomprensión y la soledad son situaciones que tienen que afrontar muchas mujeres, ya que determinados significados sociales se sostienen hoy en día de manera privada y pública, consciente e inconscientemente.
El obstáculo real está en que las mujeres que son madres no puedan asumir esta función social sin tener que sacrificar total o parcialmente los tiempos y espacios para el desarrollo profesional y académico. Como también para su participación en espacios públicos y políticos y las múltiples sanciones sociales que pretenden impartir culpa y vergüenza, cuando las mujeres son señaladas como madres abandonadoras, irresponsables o malas madres, si no asumen la maternidad tradicional.
Yo veo en la maternidad la oportunidad de transformación social asumiendo la crianza con herramientas equitativas desde los hogares y con igualdad de oportunidades para todos los miembros. Es la capacidad de que una mujer diga “jamás pensé que no podía lograr algo solo por ser mujer”, “en mi casa me enseñaron que yo podía ejecutar las mismas labores que mis hermanos y así fue con todos y para todos”. Estos son los pensamientos reales de mujeres profesionales sumamente exitosas en estos ámbitos hoy en día.
“No dejar de ser mujer por ser mamá”
Las mujeres, desde la que ha sufrido más privaciones hasta la que tiene todo resuelto en su vida, se ven confrontadas entre su proyecto vital propio y el proyecto de su maternidad. Donde esta sociedad los vuelve antagónicos por el simple hecho de no contar con una infraestructura que te permita conciliar esos dos proyectos vitales en la vida de la mujer. Así que no es limitación nuestra, es una carencia social. Debemos de quitarnos esa carga nosotras, es un asunto socio-político el tener que decidir entre ser una exitosa madre o ser profesional exitosa.
Una estrategia que considero que funciona es no olvidarse de su ser mujer. Quitarse la carga de la frase “eres mala madre si no piensas primero en ellos”. Realmente diría que no damos lo mejor de nosotras si no somos conscientes de nuestras necesidades físicas, emocional y sociales.
Me refiero a ser consciente de lo que necesito para sentirme bien conmigo misma, porque al final mis hija(o)s verán eso. No lo que yo les diga sino cómo me ven, cómo soy como mamá cada día con ellos y la única forma que tengo para proyectarme como mamá es proyectándome como mujer. Estas dos áreas no tienen que desconectarse la una de la otra, ni contraponerse. Es a partir de esa conexión que somos capaces de permitirnos ser incompletas e imperfectas en algunos momentos, porque entenderemos que cuidarnos y vernos bien está bien, pero no es igual a amarse, protegerse y valorarse que es al final lo que podríamos transmitir a nuestros hijos.
Es no dejar de ser por ser, somos mujer-madre ambas como parte de un nuevo ADN que se gestó junto a nuestros hijos y que nació al mismo tiempo con ellos. Ser Mujer-Madre me da el poder sobre mi construcción de mí misma, como persona, como mujer y como madre.
Saber cuántas calorías necesitás de acuerdo con tus características y estilo de vida te ayudará a planificar mejor las comidas para lograr tus objetivos: bajar, aumentar o mantener tu peso.
Las necesidades nutricionales, de energía y nutrientes esenciales, dependen de la edad, sexo, actividad física de cada persona.
Las necesidades energéticas alimentarias mínimas por persona para adultos se calculan realizando primero una estimación de la Tasa Metabólica Basal, TMB, con base en el peso corporal de referencia para la talla alcanzada.
Se usa esta fórmula:
En hombres:
TMB = 66 + (13,7k x peso en kg) + (5 x altura en cm) – (6,75 x edad en años)
En mujeres:
TMB = 655 + (9,6 x peso en kg) + (1,8 x altura en cm) – (4,7 x edad en años)
Por ejemplo, calculemos el TMB de una mujer de 32 años con el peso de 55kg y una estatura de 160cm.
TMB = 655 + (9,6×55) + (1,8×160) – (4,7×32) = 1320 calorías que consume el cuerpo en reposo, en funciones como respirar, bombear sangre y digerir.
(No te impresiones mucho con la fórmula, solo debés ingresar los números y operaciones en tu calculadora).
Posteriormente, debés multiplicar el número resultante por otra cifra, de acuerdo con tu nivel de actividad física:
TMB x 1,2: poco ejercicio o nulo
TMB x 1,375: Ejercicio ligero (De 1 a 3 días a la semana)
TMB x 1,55: Ejercicio moderado (De 3 a 5 días a la semana
TMB x 1,72: Ejercicio fuerte (6-7 días a la semana)
TMB x 1,9: Ejercicio muy fuerte (entrenamientos mañana y tarde)
Siguiendo con el ejemplo anterior, supongamos que la mujer hace ejercicio moderado:
1320 x 1,55 = 2046 calorías
¿Cómo saber cuántas calorías consumo? Desde luego que para controlar la ingesta de calorías debés ser muy dedicada. Algunas apps para tu celular podrían ayudarte como Contador de Calorías de MyFitnessPall.