Semillas de ajonjolí, chía, chan, linaza y muchas otras tienen tantos beneficios para la salud, que es increíble que no sean parte habitual en nuestras comidas.
Cierto que las modas nos traen unas u otras por temporadas, pero, en general, las semillas poseen una alta calidad nutricional debido a su función en la planta. Tienen una alta concentración de minerales, ácidos grasos e inclusive proteína, necesarios para la germinación, explica la nutricionista e investigadora Patricia Sedó Masís.
Agrega que la composición de las semillas varía de una especie a otra. “Algunas semillas contienen mayor concentración de ácidos grasos y vitaminas liposolubles, como las vitaminas E y A, otras poseen mayor cantidad de calcio o magnesio; no obstante, es innegable su riqueza nutricional, cuyos beneficios son reconocidos desde tiempos ancestrales”, dice.
Recordó que las principales fuentes de calcio en nuestra población indígena eran las semillas de cucurbitáceas, como ayote o chiverre, puesto que el ganado lechero fue traído hasta 1560 con los primeros conquistadores españoles.
Algunas semillas contienen recubrimientos de mucílagos que al contacto con el agua se hidratan y dan una apariencia gelatinosa. Estos mucílagos han sido estudiados dadas sus propiedades beneficiosas en la disminución del colesterol o mejoramiento en los niveles de glucosa en sangre.
“Para la salud femenina, son de alta relevancia, porque algunas semillas contienen fitoesteroles y fitoestrógenos que de forma natural contribuyen en la regulación hormonal, y son de especial relevancia, principalmente en la menopausia”, agrega.
Semillas de ayote o chiverre
Pueden tostarse en una sartén o en el horno y pelarse. Adquieren un aroma a nuez delicioso y pueden agregarse a ensaladas, arroz, comerse solas como aperitivo o bien agregarse a postres.
Este tipo de semillas son una gran fuente de minerales como fósforo, potasio, hierro y magnesio. Además, ayudan a conciliar el sueño y mejorar el estado de ánimo gracias a su contenido en L-triptófano que ayuda a aumentar los niveles de serotonina.
Pero no abusés, si las consumís en exceso pueden provocar dolor estomacal y diarrea.
Semillas de ajonjolí
Pueden tostarse ligeramente en una sartén y agregarse a ensaladas, arroz, carnes, frutas con yogurt, entre otros. Tienen igualmente un aroma y sabor particular y sumamente agradable.
Las semillas de ajonjolí poseen una elevada cantidad de proteínas, además son ricas en metionina, un aminoácido esencial, contienen grasas insaturadas, lecitina y fitoesteroles lo que contribuye a reducir el nivel de colesterol en sangre. También contienen altos niveles de calcio, hierro y zinc.
Semillas de chan y chía
Son similares y pueden agregarse a ensaladas y repostería o hidratarse en agua y mezclarse en bebidas.
La semilla de chía ayuda a prevenir la obesidad y diversas enfermedades del tracto digestivo. Además, contribuye a mantener el cuerpo hidratado por más tiempo y ayuda a mejorar los niveles de glucosa en sangre, los que es bueno para las personas con diabetes.
Por su parte, la semilla de chan contiene 14 por ciento del peso seco en proteínas, también contiene aminoácidos esenciales. Se ha utilizado ampliamente en el tratamiento de la diarrea.
Semillas de linaza
Pueden prepararse solas en bebidas o mezcladas con canela, leche o con alguna fruta.
Estas semillas son una gran fuente de fibra y omega-3 y son conocidas porque reducen la presión arterial.